El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico del ojo, el cual sufre una pérdida progresiva de fibras, siendo el principal factor de riesgo la hipertensión ocular. El riesgo es mayor cuando hay antecedentes familiares.
El tipo más frecuente es el glaucoma crónico simple, en el que la enfermedad se presente de forma silente con deterioro progresivo con los años, pudiendo darse cuenta el paciente cuando ya hay un daño avanzado.
Es por esto que se recomienda un control de la presión intraocular anual, sobre todo a partir de los 45 años.
El diagnóstico de a enfermedad se basa no solo en la presión intraocular, pues hay pacientes con hipertensión ocular que no tienen glaucoma, sino en el estudio de la papila mediante fondo de ojo, OCT de papila, asÍ como estudio funcional mediante campimetría.
El tratamiento se inicia en el caso de sospechar neuropatía en base a las pruebas anteriores.
De entrada utilizamos colirios hipotensores, algunos de los cuales son capaces de bajar la PIO hasta un 30%. Con esto se consigue el control en la mayoría de casos.
Si no hubiera respuesta se puede intentar el láser sobre el ángulo camerular, la llamada trabeculoplastia láser, y como último recurso estaría la cirugía, bien trabeculectomía, o técnicas menos invasivas que van surgiendo hoy día (MIGS).
El tipo más frecuente es el glaucoma crónico simple, en el que la enfermedad se presente de forma silente con deterioro progresivo con los años, pudiendo darse cuenta el paciente cuando ya hay un daño avanzado.
Es por esto que se recomienda un control de la presión intraocular anual, sobre todo a partir de los 45 años.
El diagnóstico de a enfermedad se basa no solo en la presión intraocular, pues hay pacientes con hipertensión ocular que no tienen glaucoma, sino en el estudio de la papila mediante fondo de ojo, OCT de papila, asÍ como estudio funcional mediante campimetría.
El tratamiento se inicia en el caso de sospechar neuropatía en base a las pruebas anteriores.
De entrada utilizamos colirios hipotensores, algunos de los cuales son capaces de bajar la PIO hasta un 30%. Con esto se consigue el control en la mayoría de casos.
Si no hubiera respuesta se puede intentar el láser sobre el ángulo camerular, la llamada trabeculoplastia láser, y como último recurso estaría la cirugía, bien trabeculectomía, o técnicas menos invasivas que van surgiendo hoy día (MIGS).