¿Qué es la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE)? Es una enfermedad degenerativa ocular que afecta al área central de la retina (llamada mácula) en personas mayores de 50 años. La mácula es la responsable de la visión central y de la fijación, y por tanto de actividades básicas y fundamentales de la vida diaria como leer, conducir, reconocer objetos, caras, etc.
¿Qué frecuencia tiene la DMAE? La DMAE es la primera causa de pérdida visual irreversible en el mundo occidental en personas mayores de 50 años. En España el porcentaje de personas que sufren esta enfermedad en mayores de 65 años es del 15%. Entre los mayores de 75 años, el 30 % está afectado en alguna proporción.
¿Qué síntomas produce la DMAE? Los síntomas de la afectación macular pueden incluir, de mayor a menor frecuencia: • Disminución visual progresiva (en la forma seca o atrófica), o brusca (en la forma húmeda). • Alteración en la forma de las imágenes ( metamorfopsia) • Alteración en el tamaño de las imágenes: mayor (macropsia) o menor (micropsia) La enfermedad suele empezar en un ojo, aunque acaba afectando a los dos. Por esta razón, el paciente puede no darse cuenta del problema visual a no ser que, de forma fortuita se tape el ojo sano.
¿Que tipos de DMAE existen? • DMAE seca o atrófica: es la forma más frecuente de la enfermedad ( 90% de los casos). La progresión de la enfermedad es lenta (años) y la pérdida de visión total puede llevar décadas. Inicialmente puede no dar síntomas y se diagnostica por controles oftalmológicos. • DMAE húmeda o exudativa: aunque es la forma menos frecuente (10 % de los casos), es muy agresiva y conduce a la pérdida de visión central en poco tiempo (semanas, meses). En ella aparece un nuevo tejido bajo las capas más profundas de la retina que crece, exuda y puede sangrar (membrana neovascular) Los pacientes con forma seca pueden pasar a la forma húmeda y viceversa. El diagnóstico precoz de ambas formas puede mejorar la progresión de la enfermedad.
¿Cómo se diagnostica la DMAE? Muchos pacientes no se dan cuenta de su problema hasta que la visión se ha hecho borrosa o aparecen alteraciones visuales como la metamorfopsia. El oftalmólogo puede detectar la enfermedad en etapas más iniciales, realizando una serie de pruebas como: • Test de Amsler : el paciente mira una página cuadriculada para determinar el grado de afectación o metamorfopsia. Este test puede ser entregado al paciente para efectuarlo periódicamente en casa. • Fondo de ojo: exploración minuciosa de la zona macular, para observar el grado de afectación así como determinar si se trata de la forma seca o húmeda. • Tomografía de Coherencia Óptica (OCT), que muestra cortes de la mácula y que proporciona mucha información al oftalmólogo, tanto en la forma seca como húmeda de DMAE. Indispensable para la monitorización de la enfermeddad y evaluar la respuesta al tratamiento en la forma húmeda. • Angiografía Fluoresceínica (AGF), utilizada generalmente en la DMAE húmeda y nos define la localización, extensión y grado de actividad de la membrana neovascular que se llena de contraste. • Angiografía con Verde de Indocianina, prueba realizada de forma ocasional para estudio de ciertas formas de la enfermedad que requieren un abordaje terapéutico diferente.
¿Cómo se trata la DMAE? En general, el manejo de la DMAE recae en oftalmólogos especializados en la retina (retinólogos) o incluso especialistas sólo en mácula. - DMAE seca: desafortunadamente no tiene un tratamiento específico. - DMAE húmeda: para la que existen medicamentos como el bevacizumab, ranibizumab y aflibercept. Este tratamiento ha cambiado drásticamente el pronóstico de la DMAE exudativa, ya que permiten detener la pérdida de visión e incluso mejorarla en algunos casos. Se administran en forma de inyecciones intraoculares periódicas hasta que se inactiva la lesión o no hay respuesta, siendo el número medio de inyecciones unas 8 el primer año, y 5 los siguientes. El diagnóstico precoz es básico, ya que el tratamiento es más eficaz cuanto menor es la lesión y el tiempo de evolución. La inyección en sí es un procedimiento corto. Se puede realizar en quirófano o en consulta, pero siempre bajo unas condiciones mínimas de asepsia. Se realiza con anestesia tópica (gotas) y generalmente no produce molestias.
¿Podemos prevenir la DMAE? Factores de riesgo El principal factor de riesgo es la edad, ya que la enfermedad afecta a personas mayores de 50 años y el riesgo aumenta significativamente a partir de los 65 años. También es más frecuente en individuos de raza blanca y se sabe que existe una predisposición genética. Estos factores de riesgo no dependen de nosotros y por tanto no son modificables. Otros factores que sí podemos controlar y que se han relacionado son: • Fumar: es el principal factor de riesgo evitable. Aumenta considerablemente el riesgo de padecer DMAE. • Obesidad / Dieta rica en grasas • Hipertensión arterial / Enfermedades cardiovasculares • Irradiación solar ocular
Por tanto, ante la sospecha de DMAE es necesario ponerse en manos de su oftalmólogo. Y por último resaltar la importancia de llevar un estilo de vida sano, con una dieta variada y realizar ejercicio.